La rubia de oro, el mito sexual por excelencia de la década de los 80, los labios más sensuales de la historia del cine.
La actriz que se ha pasado más de media vida profesional intentando demostrar que no era solo una cara bonita y un cuerpo explosivo. Hablamos de la inolvidable protagonista de “Nueve semanas y media”, una de las películas eróticas más famosas de la historia del cine.
Esta incombustible mujer, nació el 8 de diciembre de 1953, en Athens, Georgia. (Estados Unidos). Nació en el seno de una familia numerosa, siendo ella la tercera de cinco hijos, aunque la mayor de las tres chicas. Su padre era director de una empresa financiera y su madre era ama de casa.
Eran una familia normal, o al menos eso parecía, hasta que una serie de hechos desencadenaron la ruptura de Kim, con su madre y parte de sus hermanos.
Su padre había sido músico de jazz antes de casarse, y su madre había sido una experta nadadora que incluso participó en los números acuáticos de la mítica Esther Williams.
Aunque parezca increíble, viéndola actuar, Kim era una niña tímida, muy tímida, hasta el punto en que llegaron a pensar si no sería autista. Pero en el fondo lo que le pasaba es que las tensiones entre sus padres y los desprecios de su padre hacia su persona, le hicieron encerrarse en su propio mundo.
Aún así cuando llegó a la adolescencia, Kim, trato de superarse, y con una enorme fuerza de voluntad, comenzó a presentarse a varios concursos de belleza. Lo hizo movida sobre todo por sus ganas de alejarse del pequeño y opresivo entorno de su pueblo natal. El primer concurso al que se presentó, fue el de Miss Athens Juvenil, en él se llevó al jurado de calle, no solo por su belleza física, que ya por entonces era mucha, sino porque interpretó el tema “Wouldn`t it be lovely” del musical My fair lady . Fue algo impresionante, sobre todo para su familia, que dudaba de su capacidad para casi todo.
Hay que decir, que aunque muy poca gente lo sepa, Kim Basinger, tiene una bonita voz, e incluso llegó a publicar un disco llamado “El color del sexo”, del que compuso la letra y la música de todas las canciones.
El triunfo le dio fuerzas para continuar, y así aunque luego no consiguiera ganar el segundo certamen de belleza al que se presentó, el título estatal de Miss Georgia Juvenil, no se desanimó. Se dio cuenta rápidamente de que lo suyo era la publicidad, y finalmente la gran pantalla.
Poco después se fue a Nueva York, con el presentimiento de que comenzaría a triunfar. Así fue, ganó un prestigioso concurso para convertirse en chica Breck, una popular marca de champú. Se puso por primera vez delante de una cámara para hacer el anuncio de tv, de este producto. Lo protagonizó junto a su madre, que todavía conservaba su belleza.
Lo mejor de su escapada a Nueva York, fue que allí conoció a Eileen Ford, que era la propietaria de nada más y nada menos que la Ford Modelling Agency, una de las más importantes del mundo. Nada más verla le propuso un contrato. Pero Kim, lo rechazó. Decidió en ese momento matricularse en la universidad de Georgia. A pesar de que ya tenía claro que quería ser actriz o cantante.
Pero poco después se dio cuenta de que podía triunfar en la pasarela, para luego dar el gran salto al cine, así que con solo 17 años se marchó de nuevo a La Gran Manzana, retomo contacto con Eileen Ford y entonces la contrató. Su carrera ascendió fulgurantemente, a los 3 años de llegar a Nueva York, ya se había convertido en una de las modelos más cotizadas de los Estados Unidos. Salió en las portadas de las mejores revistas de moda del momento y protagonizó varios y variados anuncio en televisión.
Pero a pesar de sus triunfos en la moda y en la pequeña pantalla, continuaba con la ilusión de convertirse en cantante, por eso de vez en cuando actuaba bajo seudónimo en algunos locales nocturnos de Grenwich Village. Se hacía llamar Chelsea.
A raíz de su aparición en los anuncios, comenzaron a llegarle ofertas para pequeños papeles en series de televisión. Así participó en “El comisario MacMillan”, “Los Ángeles de Charlie”, “katie portrait of a centerfold y “De aquí a la eternidad”, todas ellas en los últimos años de la década de los 70.
Entonces llegaría su gran oportunidad para debutar en el cine. Sería tras trasladarse a Los Ángeles, en que trabajaría en la película “Hard country” en 1981, junto a Jean-Michel Vincent. Durante el rodaje de esta película, conoció al que sería su primer marido, era maquillador del equipo de la película, se llamaba Ron Britton, y era 15 años mayor que ella. Le enamoró su veteranía en el mundillo cinematográfico. Ella era una novata, apenas comenzaba a abrirse paso.
Fue uno de los errores de su vida, a partir de ahí, los siguientes serían aireados por la prensa, convirtiéndose en grandes escándalos.
Tras el debut, su carrera se estancó un tanto, y entonces tomó una decisión muy arriesgada en su vida profesional y personal. Decidió posar desnuda para la revista Playboy. Fue en febrero de 1983. Los amigos de su entorno, le dijeron que probablemente esto conllevaría el que a partir de ese momento, sólo le ofrecerían papeles sin trascendencia, vacíos y de alto contenido erótico. Sin embargo, la rubia sabía que las consecuencias podían ser otras, y también que el que no se arriesga no gana. Jugo y ganó.
Al poco tiempo de la aparición de las fotos comenzaron a llegarle una serie de ofertas serias, para películas de calidad, junto a actores consagrados. Así participó en “Mother Lode”, con Charlton Heston. En “el hombre que amaba a las mujeres” junto a Burt Reynolds y fue una explosiva chica bond, en “Nunca digas nunca jamás“, junto al mejor agente 007 de la historia de este personaje: Sean Connery.
Poco a poco se fue forjando una reputación de buena actriz, que aún tardarían, en reconocer, pero que le iba dando a conocer al menos entre el público, y entre un buen sector de la crítica.
Siguiendo con su buena racha, actúo junto a Robert Redford,en “El Mejor” y al año siguiente junto a Sam Shepard en “Locos de amor”. En 1986 actúo por primera vez junto a Richard Gere, con el que repetiría en varias películas posteriores, en “Sin piedad”. Y entonces llegó la película, que por un lado le dio a conocer mundialmente, y le reportó la fama de sex-symbol, y por tanto le perjudicó, y por otro le benefició porque se hizo famosa inmediatamente. Fue “Nueve semanas y media” en la que junto a Mickey Rourke, protagonizó escenas subidas de tono, de lo más tórridas.
La idea de ser una sex-symbol, no le agradaba demasiado, así que decidió volver a las películas de suspense. Volvió a coincidir con Richard Gere, en “Atrapado sin salida”. Después actuaría en la primera parte de “Batman”, junto a Michael Keaton y Jack Nicholson, interpretando a la chica de la que se enamora el superhéroe murciélago, por su puesto. Durante el rodaje de la película, tuvo un romance con el productor de la película, Jon Peters, pero le dejó por el cantante Prince, que era el autor de la banda sonora. Se fueron a vivir juntos a Minneapolis.
Kim, casi llegó a cumplir su sueño de cantante, haciendo algunos coros en uno de los discos de Prince, y grabando con él el videoclip “Steamy Lover`s Dialogue”. Este romance le trajo la ruptura con su familia, excepto con su padre y su hermana Ashley. El resto no vió con buenos ojos que una pariente suya, saliera con un chico de color. Además, en aquellos momentos Kim, tuvo que enfrentarse a un litigio, por rechazar un trabajo, para el que ya se había comprometido. Se negó a rodar “Mi obsesión por Helena”, porque alegó que había en ella un alto contenido erótico. En realidad, la película, era bastante fuerte, porque trataba de un médico que se enamora de una chica y le corta las piernas y los brazos para que no le abandone nunca.
Después tendría unos cuantos deslices en la taquilla,con películas como “Cita a ciegas” comedia que protagonizó junto a Bruce Willis, “Nadine”, o “Mi novia es una extraterrestre” junto a Dan Akroyd.
En 1990 conocería al que se convertiría en su marido, Alec Baldwin, trabajando con él en “Ella siempre dice sí”, el título del film fue una premonición. Comenzaron un sonado romance, para casarse en 1993 y completar la familia dos años después, con la llegada al mundo de su hija, Ireland Eliesse. Empezó una etapa de estabilidad para Kim.
Kim participó en algunas películas que tuvieron cierto éxito entre la crítica, pero no por sus actuaciones, sino por otros aspectos,una de ellas fue “Cool World”, en la que se mezclaban dibujos animados y película. Tuvo buenas críticas por los efectos especiales.
En 1991 rodó “Análisis final” en el que compartió protagonismo de nuevo con Richard Gere.
En 1992, rodaría de nuevo junto a su pareja, un remake de “La Huida”, de bastante menos calidad. Al parecer los rodajes con ambos eran insoportables, por sus constantes caprichos, y peleas.
En marzo de 1993, los tribunales, le impusieron pagar una indemnización de 8,1 millones de dólares, para la productora “Main Line Pictures” de la película que se negó a rodar años antes. Ella se declaró insolvente, pero tuvo que airear todos sus gastos, y tuvo que deshacer la sociedad que había creado en el pueblecito que había comprado, por 20 millones de dólares. Los habitantes de Braselton, que habían invertido sus ahorros en la sociedad de Kim, se arruinaron. Al final se llegó a un acuerdo fuera de los tribunales. El tema fue olvidado.
Cuando en 1994, al fin, Kim, supo que ya no tendría que pagar la indemnización, se retiró del mundo del cine, por unos años, para recapacitar y descansar. Rechazó muchos proyectos, entre ellos el de “L.A. Confidential” porque en ella tenía que encarnar a una prostituta de lujo. Pensaba, que le perjudicaría. Pero cuando al fin, Curtis Hanson, el director de la película la convenció, nunca se arrepintió, porque el papel de prostituta de gran parecido con Veronica Lake, le reportó el hasta ahora único Óscar de su carrera, y el tan ansiado reconocimiento por parte del público. Le costó tres años decidirse, pero cuando se metió en la piel del personaje se dio cuenta de que era uno de los más importantes de su carrera. Y lo bordó, demostrando que su magia sigue intacta, al igual que su belleza y que talento tiene, y mucho.
Su penúltima película fue “Soñé con África”, para cuyo rodaje se trasladó al continente africano, con su familia, pasando una de las peores etapas de su vida, porque según ella África está llena de peligros. Pero también fue maravilloso, porque estaba con su marido y su hija, prácticamente todo el día. Fue una experiencia única para ella.
La última película que ha rodado, de próximo estreno en nuestro país, es “La bendición" película en la que se trata la eterna lucha entre las fuerzas del bien y del mal, a través de los poderes de una niña, que adoptará Kim Basinger. El argumento promete.
Para terminar hay que decir que sentimentalmente, Kim, no está pasando por un buen momento, ya que su marido y ella acaban de separarse y de presentar los papeles del divorcio, alegando “diferencias irreconciliables”, tras siete años de un matrimonio, que parecía perfecto.
Confiemos en que este triste hecho no afecte a su manera de actuar, cada vez más madura, y reflexiva, y que nos siga deleitando a todos con su talento y belleza.
(Desconozco su autor)
sábado, noviembre 11, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario