El celibato

Salim Ibarra - 5/8/2009


El presente artículo está basado en investigaciones históricas que en nada pretenden enjuiciar las normas de la iglesia Católica, pero sí demostrar la evolución y los cambios que ha experimentado el celibato, como uno de los votos que realizan los sacerdotes cuando son ordenados. Lo primero es decir que se entiende por célibe (latín) a aquel que no se casa o no mantiene relaciones sexuales.

El primer Papa fue Pedro, que al igual que algunos de los apóstoles estuvo casado. En el siglo IV, el Concilio de Elvira dispuso que “todo sacerdote que duerma con su esposa la noche anterior de dar la misa perderá su trabajo”. En el año 1139 el Concilio Letrán II prohibió el matrimonio y el concubinato para los sacerdotes, diáconos y monjas. En el 1980 se efectuó la ordenación de pastores anglicanos y episcopales casados en los Estados Unidos y en 1994 ocurrió lo mismo en Cánada e Inglaterra. En el año 1993, el Papa Juan Pablo II declaró, “el celibato no es esencial para el sacerdocio, no es una ley promulgada por Jesucristo”.

Varios de los Papas que han pasado por Roma, estuvieron casados en algún momento de sus vidas y luego llegaron a convertirse en santos, tales son los casos de San Felipe III, San Hormisdas y San Silverio. También existen las situaciones de los Papas Juan XI, San Agapito I y San Silverio, los cuales eran hijos de los Papas Sergio III, Gordiano y Hermisdas, respectivamente.

La idea del celibato, es sustentada bajo el argumento de que los curas deben dedicarse única y exclusivamente a servir a Dios, por lo que cualquier unión terrenal distraería este compromiso. Además, es una forma de imitar la vida de Jesús en su estadía humana sobre la Tierra. Por otro lado, algunos sectores fuera de la iglesia católica, plantean que el celibato es una forma efectiva de mantener intacto a través del tiempo el patrimonio de la institución religiosa.

Lo cierto es que este tema es bastante controversial, por lo que cada quien debe de sacar sus propias conclusiones, de acuerdo a sus creencias y sobre todo al estudio científico de los sucesos históricos.


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