Lo aseguró la esposa del ex senador Luis Eladio Pérez, compañero de cautiverio de la ex candidata. "No cuestiono lo que paso allá", dijo.
Por: Augusto Rojas
Las difíciles condiciones de un cautiverio de varios años en la inclemente selva colombiana llevaron a la ruptura de muchos matrimonios de rehenes que al regresar a casa no hallaron el mismo hogar de antes o volvieron transformados en otras personas, extrañas para sus seres queridos.
De ello siempre fue consciente Angela Rodríguez, esposa del ex senador Luis Eladio Pérez, víctima del secuestro durante más de 6 años por parte de la guerrilla de las FARC. Durante todo ese tiempo, Angela le pidió a Dios la sabiduría necesaria para sortear los problemas, frustraciones, experiencias negativas y sinsabores sufridos por su esposo en las adversas condiciones de la espesa selva. También, la paciencia suficiente para comprender al hombre de su vida de resultar ciertos los rumores que llegaban a sus oídos sobre la existencia de un romance entre éste y la también rehén Ingrid Betancourt.
Los rumores crecieron y la semana pasada el mundo se enteró de nuevos detalles con la publicación del libro "Fuera de Cautiverio, sobreviviendo 1.967 días en la selva colombiana" de Marc Gonsalves, Keith Stansell y Tom Howes, los tres estadounidenses que compartieron la experiencia del secuestro junto con su esposo y Betancourt. Según narró Stansell "la relación entre Luis Eladio e Ingrid iba más allá de una amistad" y dijo ser testigo de cómo "Betancourt compartía el lecho" con el ex congresista. En su primera declaración pública sobre el tema, Angela de Pérez aceptó ayer, en entrevista con Clarín y el diario colombiano El Tiempo, la existencia de una relación de su esposo y la política pero, justifica -según lo que éste le explicó-, que fue producto de una solidaridad muy grande de su esposo "con una mujer que pasó por el mismo infierno que él, y en el que contra ella se podían cometer los peores atropellos por ser mujer".
¿Lo que pasó entre su esposo e Ingrid la llevó a considerar la posibilidad del divorcio?
Yo sabía que el regreso de Luis no iba a ser nada fácil. Y siempre le pedí a Dios que me diera la fortaleza necesaria para comprenderlo con sus virtudes y defectos. Y que él lo hiciera conmigo. Ante los rumores que escuché de familiares de secuestrados, antes de su liberación, decidí reaccionar de una forma tranquila. Sin anticiparme a lo que él pudiera explicar y quisiera contarme. En las noches de insomnio yo me decía: si llega a ser cierto este rumor ¿qué pasa? yo no soy nadie para juzgar a mi esposo. El estaba viviendo un infierno y en esas condiciones una mano amiga, una sonrisa, un abrazo se convierten en cosas imprescindibles para sobrevivir. Así intenté entender qué paso.
Y sus hijos ¿cómo lo asumieron?
Yo les conté que existía ese rumor pero al mismo tiempo los invité a que reaccionaran basados en la comprensión, en el respeto hacia su padre y en el amor. Mi hija llegó incluso a manifestarme que consideraba insuperable ese episodio. Y yo les dije que no tomásemos determinación alguna sin antes no hablar con él porque para reconstruir nuestra familia tenía que haber una posición de franqueza y sinceridad, sin cuestionamientos. Durante nuestra conversación él me pidió que lo entendiera. Que esa relación fue básicamente producto de una solidaridad muy grande con una mujer que pasó por el mismo infierno que él, y en el que contra ella se podían además cometer los peores atropellos en su condición de mujer. El me abrazó y llorando me pedía que lo entendiera y eso es lo que he intentado hacer.
¿Cómo califica su actual relación de pareja con Luis Eladio?
Como un matrimonio que está luchando mucho por salir adelante. Pedimos ayuda y las terapias nos están sirviendo muchísimo.
¿La sorprendió la versión de los estadounidenses sobre una relación entre su esposo e Ingrid?
Me llevó a pensar en dar un paso atrás en mi tarea de reconstruir mi hogar, cuando yo venía caminando hacia delante. Y la verdad me sorprendí pues conversé con ellos para Navidad y se mostraron muy cariñosos hacia Luis y agradecidos conmigo. Cuando leí los apartes del libro me causó sorpresa y me llevaron a preguntarme ¿qué pudo haber pasado allí? De todas maneras considero que si escribir eso fue necesario para su proceso de recuperación emocional está bien que lo hayan hecho. A mí me ayuda que durante todo el tiempo del cautiverio de Luis mi amor de familia y mi amor de pareja creció en medio de la adversidad y de lo difícil que fue estar sin él.
http://www.clarin.com/diario/2009/03/10/elmundo/i-01873872.htm
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