Con la huella del futuro Barcelona, España somete a Paraguay, es semifinalista y encara a Alemania
Rafael Ramos Villagrana
Enviado Especial
JOHANNESBURGO, Sudáfrica.— Con la firma del Barcelona, España firma su pase a las semifinales ante Alemania en Durban.
Un ataque organizado por Iniesta, Xavi y culminado por el “Guaje” Villa firma la historia y es el goleador de la Copa con cinco tantos.
España 1-0 Paraguay. De las cuatro ilusiones sudamericanas, sólo sobrevive una, la más modesta, la menos bendecida, la más accidentada: Uruguay.
Duelo que pasó del bostezo al alarido, del vituperio al vítore, del temor al desparpajo, y en el que Íker Casillas se convirtió en la figura de España al atajar un penal y tres ceremonias de fusilamiento de Paraguay.
Ganó el futbol de propuesta de España, pero ante un digno futbol de solidez de Paraguay.
Y el marcador es doble veredicto que sonríe más por la inspiración española que por la transpiración guaraní.
El marcador del abarrotado Ellis Park es veredicto, pero al final, ni España es más que Paraguay, ni Paraguay es menos que España, excepto por ese apetito por ver la pelota como arma y no como armamento.
PIEDRA Y LODO…
Doble cerrojo. Así maniató Paraguay a España. Pero sin renunciar al ataque.
Y mientras los españoles eran complicados, obligados a jugar de espaldas a Villar, sin concesión alguna, la respuesta de los guaraníes eran disparos de Nelson Haedo Valdez.
El técnico de la albirroja había advertido: “jugaremos al límite del reglamento”. Así lo hicieron de inicio: mordisqueando, pero sin arrancar el pedazo.
España colaboraba al estrechar sus líneas, y esto reducía el recorrido de los paraguayos. Y sin espacios, España sufre. Y sin espacios, Paraguay se regocija.
Aislada, con lagunas territoriales, la Furia estaba desconectada, levantaba la pelota, entregaba imprecisa y perdía balones. La pelota era española, pero el control era paraguayo.
Los puentes estaban rotos hacia la meta de Villar. Pero estaban sin construirse hacia el arco de Casillas. La afición colmando el Ellis Park, pasó de la ola al concierto de vuvuzelas, para evitar que el sopor de la cancha les arruinara el anhelo de fiesta.
A los 28’, es Xavi quien saca el partido de la modorra, con un disparo de 25 metros, que pesca de aire, pero la pelota se pierde por encima del arco de Villar, en momentos en que Paraguay empieza a ceder en la cacería sin respiro, facilitando los enlaces Xavi, Xabi, Iniesta.
Con el 0-0 como estigma para unos y como desaliento para otros, como premio para unos y como impotencia para otros, el primer tiempo se extingue en el silbatazo de Carlos Batres.
DESPIERTAN…
La segunda letanía arranca con los mismos salmos.
Lo poco que consigue España al frente lo consigue presionado, ahogándose en la jugada, ante un Paraguay que no descuida, que sigue poniendo doble candado a las pasadizos que intentan crear los ibéricos.
Y el juego de repente enloquece. Pero el marcador no.
1.- Penalti contra España a los 57’, por jaloneos de Piqué sobre Cardozo. Cobra el mismo Cardozo y entrega suave a la izquierda y ataja Iker Casillas. 0-0.
2.- Penalti contra Paraguay a los 62’, por falta de Alcaraz sobre Villa. Anota Xabi Alonso. Batres lo invalida, porque dos españoles pisan el área antes del cobro.
3.- Vuelve a cobrar Xabi. Villar ataja sobre su izquierda, y falla en el contrarremate Ramos, para que da Silva aleje el peligro. 0-0.
Y enseguida nomás, zapatazo con efecto de Iniesta, al segundo palo, con hambre de gloria y red, pero Villar se retuerce en el aire. 0-0.
La guerra se vuelve guerra. Pero la pólvora quemada no deja víctimas. La pelota viaja más vertical, pero no profundiza a las áreas en condiciones de remate.
Las cartas están bocarriba, pero sin garantías. España apuesta por una inspiración colectiva y Paraguay por un heroísmo individual.
ANGUSTIA…
Las justicia siempre tiene dos rostros. Y España hace que la suya sea la que subleve el Ellis Park.
Un gol con estampa de lo que será el Barcelona es escrito al 83’
Iniesta arrastra, encara, sirve lateral a Xavi, quien penetra y su remate largo, angustioso, preciso, se estrella en el poste derecho de Villar vencido… y se aleja del marco. Pero el balón cae a los pies del “Guaje” Villa, quien se acomoda con angustia y con prisa. El disparo es un acto de sadismo: pega en el poste izquierdo de Villar, se escurre a la derecha, y casi indecisa, la pelota decide finiquitar la angustia y el entumecimiento en el marcador. 1-0.
Villa llega así a 43 goles, uno menos que el histórico Raúl, y es el primer español en marcar cuatro goles en juegos consecutivos de copas del mundo.
Paraguay tiene el empate con el reloj vomitando sus últimos minutos. Pero de nuevo Íker tiene la última palabra. Primero Santa Cruz y luego Lucas Barrios estremecen el cuerpo estoico del arquero. Casillas deja quietas las casillas del marcador.
España hace justicia al futbol, pero Paraguay hace justicia a otra forma de vivir el futbol.
Y el marcador sonríe más por la inspiración que por la transpiración
rafael.ramos@laopinion.com
http://www.impremundial.com/Noticias/2010/07/04/Espana-semifinalista
domingo, julio 04, 2010
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