El Islam
El islam ("sumisión a Dios", en árabe) constituye la religión monoteísta universal más joven del mundo y, en cuanto a número de fieles, con unos 1.300 millones (una quinta parte son árabes), disputa el primer puesto al cristianismo.
Los musulmanes representan una cuarta parte de la población mundial y están repartidos fundamentalmente por un arco de 55 estados que se extiende desde la costa oriental de África hasta Indonesia, el país con la mayor comunidad musulmana. Albania es predominantemente musulmana, como Kosovo, la provincia serbia convertida en un protectorado de la OTAN. Bulgaria, Bosnia, Macedonia y Georgia también cuentan con importantes comunidades islámicas. En Francia se calcula que viven unos 4 millones de musulmanes; en Alemania, 3 millones; en Gran Bretaña, 1,7 millones; en España, medio millón, como en Holanda, y en Bélgica, unos 300.000. En Estados Unidos, considerado el "gran satán" por el radicalismo islámico, se calcula que la población de confesión musulmana se cifra en 10 millones.
El origen del islam es muy diferente al del cristianismo. Mientras los discípulos de Cristo fueron una minoría perseguida dentro de un Estado legal y socialmente organizado -el romano- el islam fue además de religión, el Estado y la ley que organizó una sociedad.
Mahoma, además de profeta, fue un hombre de Estado que levantó un imperio, y el islam no sólo organiza y ordena lo espiritual y religioso, sino también lo político, lo social e incluso lo económico.
Por eso la identificación de religión y poder ha quedado inscrita indeleblemente en la memoria de los musulmanes.
El islam es una religión, pero también un código de honor, un sistema legislativo y una forma de vida. Las obligaciones espirituales básicas del islam se resumen en los llamados cinco pilares de la fe. Son estos:
1. Aceptar la shahada o profesión de fe.
2. Las oraciones diarias a Dios, mirando hacia La Meca.
3. Hacer obras de caridad.
4. Ayunar durante las horas de luz del Ramadán, un mes de 29 o 30 días del calendario lunar del islam, que se inicia con la Hégira, la huida de Mahoma a Medina.
5. El "hach", o peregrinaje a La Meca, al menos una vez en la vida de cada musulmán.
La "yihad" (literalmente, hacer un esfuerzo) es uno de los conceptos más controvertidos de cuantos impregnan la propaganda integrista. Algunos musulmanes lo consideran como un sexto pilar de la fe y lo traducen frecuentemente como "guerra santa", aunque puede referirse a muchas otras formas de lucha por la fe, como una lucha interior por la purificación y por la extensión del cumplimiento religioso islámico. Su defensa en el Corán sirve a los sectores más radicales para justificar el uso de la violencia en la liberación de un país musulmán. Tal actitud es contestada, sin embargo, dentro de la comunidad musulmana moderada, ya que el Corán dice también que Dios es misericordioso.
La charia es la ley islámica tradicional tal y como fue establecida por las primeras generaciones de juristas musulmanes: el homicida y el apóstata merecen la pena de muerte; el ladrón, la amputación de la mano derecha, y los adúlteros, la flagelación.
Hay ocho palabras en árabe que resumen la creencia central de los musulmanes de todo el mundo: "No hay más Dios que Alá, y Mahoma es su profeta". Pero el islam no está unido como considera Occidente. Es una comunidad dividida, con muchas caras y escuelas.
La gran aspiración unitaria del islam -la comunidad islámica ("umma")- se frustró poco después de la muerte de Mahoma, cuya sucesión provocó el cisma político entre la ortodoxia (sunní), ganadora en el enfrentamiento y mayoritaria (90 por ciento de los musulmanes), y la heterodoxia (chiita), rama minoritaria (excepto en Irán, el sur de Irak y parte de Líbano), que agrupa a los que creen que Alí, primo y yerno de Mahoma, era el sucesor legítimo para convertirse en califa.
El Corán, el libro sagrado del islam, contiene las palabras de Dios dictadas al profeta Mahoma por el arcángel Gabriel, y los chiitas consideran que también cabe la interpretación del Corán a la luz de los cambios que se operan en
El islam ha tenido un destino manifiesto dinámico. Pero también se trata de una fe política con un gran anhelo de expansión.
Menos de cien años después de la muerte de Mahoma, en el 632 después de Cristo, sus seguidores habían superado las fronteras del desierto de Arabia para conquistar y crear un imperio. Conquistaron el imperio persa y gran parte del bizantino, extendiendo su fe por el norte de África hasta España y por Oriente Medio hasta el río Indo. Desde allí, los devotos comerciantes árabes llevaron posteriormente su fe a Malasia, Indonesia, Singapur y Filipinas. Otros comerciantes introdujeron el Corán en las tribus negras de África. Más tarde, el islam luchó contra los mongoles, los cruzados cristianos y, más recientemente, los imperios europeos.