jueves, septiembre 07, 2006

Anoche soñe contigo


Juan Nadie: 1 de Marzo, 2006 - 13:45

Anoche soñe contigo

Anoche soñé contigo. Paseábamos juntos por aquella pequeña cala de arenas doradas donde nos conocimos. El agua tibia del Mediterráneo acariciaba nuestros pies desnudos mientras recorríamos la orilla en busca de un rincón tranquilo desde el que poder ver la puesta del sol.Al llegar el momento esperado, estábamos recostados entre las peñas del pequeño saliente rocoso en el extremo de la playa y contemplamos ensimismados cómo el disco anaranjado iba cayendo entre las nubes de aspecto esponjoso que surcaban el cielo, hasta acabar desapareciendo bajo las aguas de color turquesa que reflejaban la cada vez más diminuta figura del astro rey. Recuerdo que la emoción del momento hizo que unas lágrimas resbalasen por tus mejillas.

Cuando el sol desapareció tras la silueta de Estambul echamos a andar de manera despreocupada sin darnos cuenta que nuestra ensoñación se había prolongado más tiempo de lo que cabía suponer y la noche se había cerrado a nuestro alrededor.

Era mi primer viaje a Estambul y nuestro encuentro en el Gran Bazar fue un auténtico flechazo. Yo había viajado hasta la capital turca con el deseo de conocer otras culturas diferentes y a la vez tan cercanas a la europea. Al entrar en el pequeño comercio donde te encontrabas, sentí enseguida tu mirada fija en mis ojos. La impresión que me llevé después de una interesante charla sobre el país y su gente fue de grata sorpresa, pues descubrí maravillado que pese a las profundas diferencias marcadas por la religión y las costumbres, había un lazo común más fuerte que nos unía: la cultura mediterránea común.

Antes de que la oscuridad se hiciera más espesa, emprendimos el camino de regreso hacia las luces multicolores que anunciaban el refugio de la gran ciudad. Te abracé para espantar el miedo que sentías a la noche y a lo desconocido, y así, con las manos enlazadas y sintiendo tu presencia tan próxima, comprendí que nuestro amor era mucho más fuerte de lo normal, excedía de la mera atracción entre dos personas que se comprenden.

Después de esto abrí los ojos y el sueño se acabó.
Anoche soñé contigo y lloré amargamente al despertar recordando que ya no estás conmigo, que el mismo mar que nos une nos mantiene tan separados.

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