Ricardo Moreno
30 de septiembre de 2006
Venezuela y Guatemala buscan ocupar el puesto vacante que pronto dejará Argentina en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El gobierno de los Estados Unidos ha dado su apoyo abierto a Guatemala, gobierno que posee un récord negativo en el tema de los derechos humanos; por otra parte, el apoyo a Guatemala se ha manifestado en una intensa campaña internacional en contra de Venezuela, con el argumento de que la presencia venezolana sería contraproducente.
El presidente Hugo Chávez Frías ha sido uno de los pocos jefes de Estado en el mundo que se ha atrevido a criticar públicamente la política exterior norteamericana. Después de los ataques terroristas de septiembre 11 de 2001, Chávez condenó el terrorismo y mostró solidaridad con el pueblo estadounidense, pero al mismo tiempo cuestionó los bombardeos indiscriminados en contra de civiles en Afganistán y acuñó la famosa frase: "No se puede responder al terrorismo con más terror, pedimos, clamamos, exigimos por la paz".
Antes que Estados Unidos invadiera a Irak, argumentando que Sadam Husein poseía armas de destrucción masiva y que existía una relación con el terrorismo, el presidente Chávez decidió visitar Irak en una muestra de independencia diplomática. Al ser cuestionado sobre su visita respondió: "Como jefe de Estado, ningún otro gobierno puede ponerme condiciones en relación a los países que visito o los jefes de estado con quienes me reúno".
Meses más tarde, fue un duro crítico de la invasión. El tiempo le dio la razón, ya que no se comprobó ningún vínculo de Irak con los ataques terroristas y no aparecieron las armas de destrucción masiva. Como país productor de petróleo, Venezuela mantiene relaciones importantes con los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y otros países productores.
Venezuela se opuso al Tratado de Libre Comercio para las Américas, vendido por la Administración del presidente Bush como una panacea para los problemas económicos y sociales de América Latina. Basta dar una mirada a los efectos negativos sobre los agricultores más pobres, y el aumento de la inmigración proveniente de México y Centroamérica, para darnos cuenta que el beneficio lo han obtenido las grandes corporaciones agroindustriales norteamericanas y sus pares al otro lado de la frontera; para Chávez primero debería darse un proceso de real integración entre los países del sur antes de pensar en sentarse a la mesa de negociación en condiciones desiguales.
El tema de las relaciones de Venezuela y Cuba ha sido utilizado por el Departamento de Estado para expresar preocupación por los acuerdos bilaterales en temas económicos, sociales, educacionales y de salud entre ambas naciones. Argumentan que Chávez apoya a un gobierno dictatorial y comunista, como si los Estados Unidos no negociara con China: esto es una muestra de lo hipócrita de la política exterior norteamericana. Pero lo que quizás más irrita al presidente Bush es la clara política independiente que por primera vez Venezuela muestra en la orientación de su política exterior, los gobernantes anteriores por lo general respondían a los intereses económicos y geopolíticos estadounidenses.
Al parecer Venezuela logrará un puesto en el Consejo de Seguridad, miembros permanentes como China y Rusia han manifestado un claro apoyo, los países miembros del Mercosur, la Comunidad de Naciones del Caribe (CARICOM), la Liga de Países Árabes, y un gran número de países de Asia y de África también apoyan la aspiración venezolana.
El gobierno de los Estados Unidos no termina de comprender que cada vez más naciones resienten su política exterior arrogante, y que en muchos países encuentra eco el mensaje del presidente Chávez, que aboga por una sociedad más justa, más equilibrada, más multipolar, donde los complejos temas internacionales, no sean decididos por un solo país, convertido en una especie de policía mundial, que busca imponer su visión del mundo y de la "democracia" a través de sanciones económicas y guerras.
Las Naciones Unidas y sus estructuras necesitan ser renovadas, el presidente venezolano fue crítico del documento de reforma que se aprobó sin ser debidamente consultado con todos los países miembros en la pasada asamblea general.
Aun el mismo Consejo de Seguridad es un anacronismo, el poder de veto de cinco naciones es una herencia del colonialismo y debería ser eliminado, un nuevo consejo donde todos los miembros sean no permanentes, sin poder de veto, donde las decisiones se tomen por mayoría, y en el cual los países más pequeños tengan el mismo poder de voz que las grandes potencias.
Ricardo Moreno escribe desde Los Ángeles, rvenezolano@yahoo.com
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