domingo, diciembre 03, 2006

Elecciones presidenciales en Venezuela

Chávez y Rosales, cara a cara en las elecciones de Venezuela

Reuters. 02.12.2006 - 16:50h


CARACAS (Reuters) - Cuando Hugo Chávez rompió una década de embargo político sobre Irak para convertirse en el primer jefe de Estado en visitar el país árabe tras la Guerra del Golfo, el presidente venezolano desafió las críticas de una atónita comunidad internacional con su singular estilo.

'Si quiero ir al infierno y hablar con el mismo diablo, lo haría, porque somos libres y soberanos', respondió el líder sudamericano en 2000 durante la gira que lo llevó a Bagdad y a otros países de la OPEP, y de la cual surgió una nueva alianza en el grupo que impulsó los bajos precios del crudo.

Con su discurso provocador, el 'Comandante' ha polarizado a los venezolanos y al mundo entre devotos incondicionales que lo encumbran como el campeón de los excluidos y unos tenaces detractores que lo ven como un autócrata peligroso.

'A mí me llaman dictador y yo me río. ¿Yo dictador? Aquí nunca antes hubo más libertad de prensa y de expresión que hoy', dijo recientemente el polémico líder, de 52 años y separado de su segunda esposa, al que la mayor parte de los sondeos dan ganador en los comicios del domingo.

La oposición denuncia que el creciente control del mandatario sobre los poderes públicos y la admiración que profesa hacia su aliado cubano Fidel Castro son claros indicios de que planea instaurar un régimen comunista en el país.

Sus planes de una reforma constitucional para eliminar el límite a la reelección presidencial y la creación de un partido único que aglutine a los partidos que apoyan su 'revolución socialista' hicieron arreciar las críticas de la oposición.

En su maratónica campaña, Chávez, que tiene cuatro hijos, siempre aparece vestido de rojo, a veces con su boina militar, y se muestra muy expresivo, gesticulando, riendo o gritando a sus seguidores un aguerrido: 'Patria o muerte. Venceremos'.

Pero si algo le ha dado una verdadera proyección mediática internacional ha sido su mayor archienemigo: el 'pérfido imperio norteamericano' que, paradójicamente, es su principal cliente petrolero.

Mientras, el camaleónico presidente vive un dulce momento económico con un gran caudal de recursos petroleros que le permite financia sus 'misiones', masivos programas sociales para las clases desfavorecidas, base de su poderío electoral.

ESPERANZA DE LA OPOSICIÓN

En pocos meses, Manuel Rosales pasó de ser el discreto gobernador del petrolero estado venezolano de Zulia a convertirse en la esperanza de quienes aspiran que Hugo Chávez salga de la presidencia del país latinoamericano.

Sin embargo, el antiguo profesor de 53 años, que debió separarse temporalmente del cargo de gobernador para competir por la silla presidencial de Miraflores con el apoyo de una variopinta coalición, no ha logrado superar a Chávez en intención de voto para los comicios del domingo, según la mayoría de los sondeos.

En un país polarizado en torno a la figura de Chávez, se ha convertido en el único contrapeso importante frente al gobernante. Rosales, un político serio y poco expresivo que contrasta con su locuaz rival, se queja de que Chávez reparte la riqueza petrolera a otros países, como Cuba, mientras que muchos venezolanos viven en la pobreza.

El opositor se ha concentrado en impulsar su principal oferta de gobierno, una tarjeta de débito llamada 'Mi negra', con la que ofrece repartir equitativamente la riqueza petrolera entre los venezolanos.

/Por Enrique Andrés Pretel y Fabián Andrés Cambero/.*.

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