Martes, 15 de Junio de 2010 / 11:52 h
Jonathan Wilson
Rustenburgo/Sudáfrica/dpa
Nueva Zelanda empató hoy 1-1 con Eslovaquia con un gol en el minuto 92 y logró así el primer punto de su historia en un Mundial de fútbol.
Eslovaquia se adelantó con un tanto de Robert Vittek en el minuto 50, pero los «kiwis» igualaron en el ’93 por medio de Winston Reid y amargaron el primer partido de los europeos en un Mundial.
Los cuatro equipos del Grupo F quedan así con un punto tras el empate del lunes entre Paraguay e Italia.
Eslovaquia al menos logró también su primer punto, pero le supo a poco tras tener los tres puntos en la mano hasta el último segundo.
En su única presencia mundialista, en 1982, Nueva Zelanda había perdido los tres partidos que disputó.
Bajo el sol y con frescas condiciones en el estadio Royal Bafokeng de Rustenburgo, Nueva Zelanda fue el más rápido en crear peligro a través de su gran estrella, Chris Killen.
En el tercer minuto, el delantero del Middlesbrough robó el balón en el centro del campo y tras una gran carrera, remató en el larguero.
Un minuto más tarde, de nuevo Killen creó el pánico en el área de Eslovaquia con un remate de cabeza que creó dificultades al arquero europeo.
Tras el empuje inicial, los «kiwis», vestidos de blanco en lugar del negro tradicional de sus compañeros del rugby, empezaron a conceder terreno a los eslovacos, muy habilidosos y comandados por el jugador con más talento, Marek Hamsik.
En el minuto 22, el capitán eslovaco tuvo la primera ocasión. En la segunda se acercó más y obligó al arquero neozelandés, Mark Paston, a tocar con la punta de los dedos y a desviar la pelota por encima del larguero.
Una gran combinación entre el centrocampista Vladimir Weiss y el delantero Stanislav Sestak acabó con un remate del último que se fue fuera por poco.
En el 33, Paston sirvió a Eslovaquia el gol con un gran error, pero el portero se rehizo y evitó que Vittek marcara el tanto.
Eslovaquia logró finalmente el gol que se estaba mereciendo. Fue ya en el segundo tiempo. Stanislav Sestak centró desde la derecha y Vittek cabeceó a la red.
El gol fue un gran empujón moral para los eslovacos, que pudieron haber ampliado su ventaja al menos en dos ocasiones.
Pero fue Nueva Zelanda quien dio la gran sorpresa del día con el remate de cabeza de Reid al final del partido. al final del partido.
http://www.diariocolatino.com/es/20100615/deportes/81100/
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